Ayuntamiento de Santaella

Santaella se encuentra en la Depresión del Guadalquivir, situada al suroeste de la provincia de Córdoba, cercana a otros municipios como La Carlota, Montalbán, La Rambla, Montemayor, Puente Genil y Écija, esta última ya en la provincia de Sevilla.

La localización del municipio, en pleno valle del Guadalquivir y con el río Genil discurriendo por gran parte de su término, nos permite vislumbrar que la población se situa en una de las zonas más fértiles de la región de Andalucía. Este hecho es de vital importancia para entender que nos encontramos en un terreno sumamente propicio para el asentamiento humano y que el mismo se ha prolongado desde tiempos inmemoriales por el territorio santaellano, como así lo atestiguan la infinidad de materliales líticos hallados a lo largo de su término, algunos de ellos pertenecientes al Paleolítico Inferior.

Relevantes han sido las diferentes excavaciones arqueológicas en la zona del casco urbano, las cuales han documentado un poblado del Bronce Final cuya extensión debió ser importante. De este modo, dicho poblamiento coincide con el conocido como "Barrio Bajo", espacio urbano que es el origen de la localidad.

Es fácil entender que el asentamiento del mismo se ha mantenido de manera casi ininterrumpida hasta nuestros días, y que por el mismo han pasado las diferentes culturas que forman parte de la historia de España, como íberos, romanos, visigodos y árabes, como se puede ver en su rico Museo Histórico Municipal.

El paso de tantas culturas ha dejado en la localidad de Santaella un rico legado patrimonial, entre los que destacan los yacimientos arqueológicos, su singular arquitectura militar y edficios religiosos de gran categoría edilicia, entre los que destaca la Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. de la Asunción por ser uno de los edificios de mayor entidad de la provincia de Córdoba.

De su arquitectura militar destacan los restos del cinturón de muralla que rodeaba todo el Barrio Bajo, del que se conservan algunos lienzos en buen estado y algunas de sus torres, entre las que destaca el Torreón de la Plaza Mayor. De igual modo, habría que destacar la singularidad de su Castillo, obra realizada durante la etapa Almohade que aprovecha la existencia de un cerro natural, en el cual encontramos un yacimiento del Bronce Final, que deciden ampliar mediante una obra bastante inusual para ganar mayor extensión defensiva al recinto.

De otro lado, dentro de su rico patrimonio religioso destacan la Iglesia Parroquial y una serie de ermitas, adquiriendo un especial interés por su importancia religiosa y patrimonial, la Ermita de la Virgen del Valle, obra de estilo barrroco de gran belleza que alberga a la patrona del municipio. También es destacable la Ermita del Santo Cristo de la Veracruz.